yoga en pareja
«El lenguaje que dice la verdad es el lenguaje sentipensante»
Eduardo Galeano
Lo que las palabras no alcanzan a decir
Si partimos de la base de que nuestra mente consciente solo maneja el 0,05% de toda la información que atraviesa nuestro cuerpo, es fácil comprender que en nuestras comunicaciones verbales queda mucho en el tintero.
Si consiguiéramos hablar sin filtros sería otra cosa, pero vivimos en sociedad y somos parte activa y afectada de la cultura en la que crecemos.
Entonces ¿qué hacemos para acercarnos a una comunicación más auténtica?
¿Observar el lenguaje no verbal y descifrarlo? Eso ya es un paso adelante. Pero ese observar y descifrar lo seguimos haciendo con nuestra pequeña mente consciente. Ese concluir que si se retira la mirada es porque se esconde algo, por ejemplo, está completamente impregnado de nuestra cultura y creencias construidas con ese 0,05% de información que controlamos.
La propuesta es observar el cuerpo, los cuerpos, su manera de vincularse y… quedarnos ahí. Es un ejercicio de paciencia y un acto de valentía. La propuesta es seguir viviendo, observándonos y vinculándonos mientras le pedimos a nuestra mente consciente que espere un poco a darnos su veredicto.
Se trata de contemplar como conversan nuestras entrañas aunque no comprendamos nada. Con las propias y con las del otro. Y con el tiempo comprendemos. Ahí os pido un acto de fe para empezar… luego son horas de práctica lo que te permite ir validando.
¿El yoga en pareja es una vía?
El yoga en pareja puede ser una vía. Si lo practicamos con el fin de mejorar solo una serie de parámetros físicos o emocionales quizá no nos sirva.
Si practico yoga en pareja para mejorar la confianza o la coordinación y equilibrio, por ejemplo, es muy fácil que entremos en una practica pensada para ello y que la comunicación auténtica quede arrinconada.
¿Qué necesitamos para que la práctica del yoga en pareja nos haga ir a esta comunicación que hace participar a toda la información que atraviesa nuestro cuerpo, y no solo la que maneja la mente consciente?
Necesitamos un yoga que tome también en cuenta toda esa información. No nos sirve un yoga pensado, necesitamos un yoga sentido. Un yoga sentipensado, como diría Galeano.
Y este yoga es el que estamos llamando yoga orgánico, una práctica que ha integrado la anatomía experiencial con el hatha y el kundalini yoga.
El yóga orgánico a grandes rasgos
Como todo trabajo que implica una investigación es largo y se desarrolla de manera única a cada ocasión, pero sí tiene una metodología de partida y que sostiene todo el proceso:
- Primero despertamos la conciencia en la zona o aspecto que queremos explorar,
- proponemos una asana y la ejecutamos según nuestros parámetros aprendidos,
- observamos cómo reacciona nuestro cuerpo y atendemos las demandas urgentes que nos haga: dar espacio a un órgano, apoyarnos más sobre uno de los pies, descansar, acelerar… será distinto para cada uno.
- Damos espacio a la reflexión, a que surjan las preguntas, no las respuestas.
Esta es la forma, que hemos comprobado, en la que somos capaces de ir dando espacio a toda la información que atraviesa nuestro cuerpo.
El yoga orgánico en pareja
En la práctica en pareja, el compañero se convierte en el cómplice necesario para desarrollar todas las cualidades que buscamos:
- la capacidad perceptiva,
- la paciencia,
- la valentía y el placer por descubrirnos.
El compañero será la mano que dirige tu atención, el sostén que te revela tu tensión, la respiración que te lleva a donde antes no habías ido. Y este proceso, que suele ser tremendamente incomprensible para nuestra mente consciente, hace que poco a poco vaya entrando en silencio. Por puro asombro. Y ahí, el diálogo entre cuerpos se empieza a hacer evidente.
El resto, ya es camino de cada uno. Y en la medida que está en nuestras manos, lo compartimos.
Tere Puig
El 27 de marzo Tere Puig ofrecerá una sesión de yoga para parejas durante el embarazo. Escríbenos apara reservar nacercrecer@happyyoga.cat