Qué ocurre con los hijos que no son la razón de vida de sus padres

Saber que no se es el centro en la vida de los progenitores ¿impide o favorece el desarrollo del niño?

¿Qué tiene que ver con la descubierta de la vocación?

 

La falta de atención que padres y madres muestran en relación a su propia vocación, con la cual han nacido, y la hiperactividad con la que se manifiesta esta distracción, son una traición a la razón por la cuál ellos, como individuos, están en esta tierra.

Cuando mi hijo se convierte en la razón de mi vida, significa que yo abandono la razón invisible de la mía. En cuanto a la razón por la cuál estoy en el mundo como adulto, como ciudadano, como padre, digo yo que es la de hacer que el mundo rea receptivo al daimon. Hacer caer esta civilización para que el niño pueda realmente crecer y que su daimon encuentre su espacio vital. Este es el proyecto de un individuo como padre. Y para cumplir con esta tarea a favor del daimon de tu hijo, primero debes dar espacio al tuyo.

El padre que ha abandonado la voz de su vocación, descargándola sobre el hijo que ha engendrado, no podrá soportar nada que le recuerde esta traición a sí mismo.

No podrá tolerar el idealismo que nace natural y espontáneamente en el niño. Ni el entusiasmo romántico, ni el sentido de justicia, ni la belleza de la mirada fresca, ni el apego a las pequeñas cosas, ni el interés por los grandes interrogantes. Todo esto se vuelve intolerable para el hombre que ha olvidado su propio daimon.

 

J. Hillman, del libro il codice dell’anima

 

 

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