El nuevo paradigma educativo, igual que cualquier otro, no aparece gracias a la puesta en práctica de nuevas metodologías; se instala solo cuando se produce un cambio de perspectiva.
En la entrada anterior recogía la visión de Merieu que nos dice que la escuela que anhelamos es la que existe, «¡Con tal de que los hombres y las mujeres sepan acompañar allí a sus hijos y sorprenderse junto a ellos!», dice. El cambio está en nuestra mirada
Hoy, el artículo de El Periódico Ellos cambiaran la escuela nos muestra que el cambio en el paradigma educativo ya es un hecho. No es solo un hecho en el aspecto formal –nuevas metodologías, avances varios,…- es un hecho en el aspecto más íntimo, en nuestra forma de comprender la educación.
“En el instituto de Tordera trabajamos por retos… ¿Qué quiero decir con eso? Pues que al principio de cada periodo los estudiantes y el profesor se plantean qué les preocupa, qué quieren descubrir y luego ese tema, ese reto, se ajusta al currículo. Nunca al revés”. Rosa Clar
Este párrafo me ha llenado de esperanza, me ha hecho ver que sí estamos en un real cambio de punto de mira.
- No se motiva al alumno para que aprenda, se encuentra lo que el alumno quiere descubrir.
- El currículo está al servicio del aprendizaje, no el estudiante y el profesor al servicio del currículo.
Desde mi punto de vista, con estos dos puntos claros e integrados, el aprendizaje sucede para todos sin más.
Tere Puig