¿Hay un método educativo mejor que otro?

«Para avanzar, creo que es necesario interrogarse sin descanso sobre la relación entre finalidades y metodologías, y resistirnos obstinadamente a confundir las unas con las otras. Por desgracia vivimos en una institución que, olvidándose de sus finalidades, se crispa por sus metodologías.»

Del libro Pédagogie: le devoir de résister, de Philipe Meireiu

Hace unos meses conversaba sobre estos temas con Susanna Grifo, su punto de vista es el de una mujer con una trayectoria de más de 20 años como maestra infantil. Estamos haciendo muchos cambios pero nos faltan muchos más. ¡Gracias, Susanna, por inspirarme y animarme a publicar el post!

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Somos muchas las familias, los alumnos y los docentes que no estamos satisfechos con lo que hoy en día encontramos en las escuelas, en las aulas.

Hay infinidad de debates sobre los diferentes métodos educativos, todos con sus defensores y sus detractores y todos perfectamente argumentados. Sin embargo, el cambio es lento, las mejoras tardan en verse y mucho más en consolidarse. ¿Hay un método educativo mejor que otro? Esa no es la pregunta.

 

Hace algún tiempo escuché una conferencia de Dubet que fijó mi atención en algo que desde entonces no pierdo de vista: el problema no es que no nos pongamos de acuerdo en las metodologías, el problema es la ambigüedad en los objetivos.

Por ejemplo, nos encontramos escuelas o familias que están cambiando y buscan el desarrollo del pensamiento crítico, pero usan métodos conductistas, herencia de su tradición. Naturalmente no funciona, pero no es el método que no funciona. Los métodos conductistas son excelentes cuando quieres que el otro tenga la actitud que tú consideras correcta, pero no para apoyar el pensamiento crítico. Si realmente la intención es desarrollar el pensamiento crítico nadie tendrá ningún problema en abandonar el método conductista si encuentran otro más efectivo para su objetivo. Ahora bien, si desarrollar el pensamiento crítico es solo una parte superficial del discurso, quedarán agarrados al método y lo defenderán sin tregua en estos infinitos y estériles debates.

 

Según mi opinión, el próximo paso para avanzar en el tema educativo que tanto nos ocupa y nos preocupa pasa por la honestidad, primero con uno mismo, luego con los demás. Necesitamos un ejercicio de claridad que nos sirva, aunque sea, para aceptar nuestra confusión

¿Qué es lo que realmente queremos?

Algunas familias esperan de la escuela acompañamiento emocional, otras una preparación intelectual, otras… ¿Qué espera la familia de la escuela?

De algunos padres se dice que no se ocupan lo suficiente de los hijos, de otros que se ocupan demasiado. ¿Podemos concretar un poco más lo que significa ocuparse demasiado o demasiado poco? ¿Qué espera la escuela de la familia?

Por otro lado, ¿qué puede ofrecer, hoy por hoy, la escuela a la familia? ¿y la familia a la escuela? No me refiero a lo que nos gustaría ofrecer, si no a lo que realmente podemos ofrecer.

Me gustaría hacer un artículo colaborativo, con la voz del mayor número posible de personas.

Probablemente será un artículo con más preguntas que respuestas, pero si damos con la pregunta adecuada ya será un gran paso.

Te invito a responder a las preguntas que he planteado arriba:

  • Si respondes como familia o alumno dinos qué esperas de la escuela y que puedes ofrecer.
  • Si respondes como escuela, dinos que esperas de la familia y qué puedes ofrecer.
  • Deja tu respuesta como comentario a este post diciendo cuál es tu profesión u ocupación y si respondes en calidad de familia o de escuela.

Con todas las respuestas trabajaré para elaborar un artículo en el que todas las voces estén presentes.

¿Por qué? ¿Para qué?

Es un anhelo de claridad, de descubrir las reales necesidades de todos y cada uno; es un intento de transformar un debate estéril que ya dura demasiado tiempo -¡no digo que no se hayan hecho cambios! Pero, viendo como van las cosas, parece que necesitamos más y más profundos…- en un diálogo constructivo que haga realidad la educación que nos lleve al cambio que estamos necesitando.

Estoy segura que somos muchos, muchísimos, los que compartimos este anhelo de claridad y materialización del cambio. Gracias por vuestros comentarios.

Tere Puig

4 Comentarios

  1. Cristina

    Como profesora, echo de menos que tod@s nos veamos como un único equipo en el que familias, docentes y alumnado estamos trabajando para un fin común.
    Considero que la escuela ha de ser un lugar abierto en el que familias, alumnado y docentes nos sintamos con total confianza de hacer propuestas y colaboremos para lo que está más cerca de nosotr@s: nuestro entorno, nuestro barrio, en definitiva, nuestra ciudad.
    Conseguir que desde la escuela se consigan pequeños cambios en nuestro barrio pueden ser grandes cambios a largo plazo en toda una comunidad: tener huertos urbanos, actividades accesibles…
    Juegos, educación emocional, pensamiento crítico ¿pueden separarse?
    ¿Puedo mover el pie sin que el resto de la cadena muscular de la pierna lo perciba? Pues ese mismo entramado es el que se necesita entre familias, docentes y alumnado 😉
    Gracias Tere.

    Responder
    1. nacercrecer (Publicaciones Autor)

      ¡Muchas gracias, Cristina!

      Lo que comentas ¿podríamos llamarle una educación orientada a lo social?

      Responder
  2. Paloma Morales

    Como madre, soltera en mi caso.
    Los padres están pero no ejercen como tales.
    Por ello siempre estoy abierta y busco el apoyo de los demás.
    Mi prioridad en la vida es conocerse, crecer con respeto y libertad para elegir.
    Fomentar la tolerancia ,la colaboración y la expresión del ser.
    En la educación no encuentro razonable el mensaje que se les da a los niños ,que no saben, que tienen que ir a los colegios para aprender.
    Según mi experiencia ,mi opinión es que ellos vienen a la sociedad a aportar su punto de vista.Nacen maestros también, y son una gran fuente de inspiración.
    Este mensaje debería estar más claro, pues les haría más curiosos y fuertes, de ellos mismos.
    Para no conducir su atención exclusivamente en el exterior,causa clarísima de un sin fin de desequilibrios.

    Responder
    1. nacercrecer (Publicaciones Autor)

      Hola, Paloma.

      Entiendo que lo que tu esperas de las escuela es que dé prioridad a la educación emocional. ¿Correcto?

      ¡Muchísimas gracias por tu aportación!

      Tere

      Responder

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