Antes de educar en el asombro: la importancia de los modelos en la educación

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Mantener la capacidad de asombrarse es mantener el interés por aprender, tal como Catherine L’Ecuyer expone en su libro Educar en el asombro.  Y todos sabemos que los modelos son esenciales en el proceso educativo, porque el niño aprende del ejemplo que recibe. Por tanto, si queremos niños con capacidad de asombrarse necesitamos padres y maestros con capacidad de asombrarse ¿la tenemos?

 

Uno de los conceptos que me ha calado más hondo a lo largo de los últimos años es el que se expone en Pensar con el cuerpo de Tolja y Speciani y que dice que el guía no está loco; o lo que es lo mismo, que cualquier solución que tomemos es siempre la mejor. Cada individuo, cada familia, tiene por naturaleza la capacidad de encontrar la mejor solución a su propia situación en función de los recursos, internos y externos, que tiene a su disposición y las circunstancias que lo envuelven.

Recuerdo a Lis, ella es madre de gemelos y venía a clases de yoga cada semana, una con uno de los gemelos y la siguiente con el otro.

Inmediatamente al observar la situación uno puede tener numerosos pensamientos acerca de la solución que ella ha tomado, «el que se queda en casa se siente abandonado«, «que suerte tiene el pequeño de poder disfrutar de su mamá en exclusiva durante un rato«, «se ve clarísimo que el pequeño echa de menos al hermano«, «ella debería desarrollar la capacidad de estar con los dos al mismo tiempo, al fin y al cabo es madre de gemelos«, «venir sólo con uno le permite descansar y afianzar un vínculo con cada uno«, y un largo etc. Frente a todas estas estas reflexiones ¿dónde ha quedado nuestra capacidad de asombro?

Podemos optar por otra postura, la de la observación y la del cuestionamiento ¿qué sensación me produce esta situación? ¿cómo habrá llegado Lis a tomar esta decisión? ¿con que recursos cuenta? ¿cómo se debe organizar en el resto de situaciones cotidianas con los dos niños? Y un largo, etc. Naturalmente, todas estas cuestiones no podrán surgir de a menos que hayamos dado espacio a nuestra capacidad de asombro: «Lis ha tomado una solución que yo nunca hubiera tomado, estoy perpleja.»

Si realmente sentimos que siempre se ha tomado la mejor solución, lo único que nos puede preocupar es nuestra incapacidad de comprenderla.

Lejos de ofrecer alternativas, que a nuestros ojos pueden parecernos mejores o de aplaudir la opción que la familia ha tomado para su situación particular, nuestra aportación puede ser la de contemplar la solución elegida por la familia o el individuo; y al observarla se hará visible también para ellos; y al ser conscientes de la solución tomada podrán decidir continuar en ella o modificarla.

Vivir asombrándonos de la cantidad de opciones, caminos, ideas que toman y surgen de otros -¡y de nosotros mismos!- que nunca antes hubiéramos imaginado, me parece una maravillosa opción para disfrutar a fondo de la vida, de la experiencia del descubrimiento y de la capacidad para crear nuevos escenarios donde todos sintamos la libertad de ser quienes somos.

 

Tere Puig

2 Comentarios

  1. Carme

    Hola Tere,

    Muy buen artículo, estoy pensando en cuántas cosas he quedado asombrada.
    Vivir con prisas y estrés me hace perder muchos detalles de la vida.

    Un abrazo

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    1. nacercrecer (Publicaciones Autor)

      ¡Gracias, Carme!
      Vamos a recuperar esa capacidad que tenemos 😉
      Un abrazo

      Responder

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