Un enfoque desde la experiencia de la práctica del yoga
El sonido no existe hasta que alguien lo escucha. Respiramos continuamente, pero al poner atención en nuestra respiración nos damos cuenta de que esta se modifica: a veces se hace más costosa o más rápida y, si seguimos observándola sin intervenir en ella, es probable que se ralentice. Basta que alguien se fije en nuestra generosidad para que ésta se despliegue de forma evidente o se repliegue, o en nuestro malhumor para que éste quizás se acentúe o disminuya. Lo que quiero remarcar es que todo lo que observamos se modifica por el simple hecho de ser observado. La atención y la observación en la práctica del yoga son un factor decisivo en su potencial transformador. Es esta observación sobre lo que existe y la consecuente observación sobre su estado y transformación lo que permite ir integrando, de una forma experiencial, el concepto “siempre sucede exactamente lo que tiene que suceder”, que tan a menudo escuchamos y tanto nos cuesta de aceptar .
Así, más allá de las teorías, la práctica del yoga nos permite ir accediendo a la aceptación y la comprensión de los procesos vitales: que hay ciclos donde se alternan continuamente la vida y la muerte, que no hay orden sin caos o que no hay serenidad sin estrés. Esta comprensión nos va alejando de la culpa y nos va acercando a la responsabilidad que nos hace vivir y aprovechar cada etapa sabiendo que le seguirá otra. Y de esta responsabilidad y comprensión experiencial del natural e inevitable proceso de cambio, se hace posible un cambio en la propia vida.
Tere Puig del libro Una mirada yóguica al embarazo