¿Dónde reside el placer de enseñar?

– Soy Yuko. El poeta de la nieve. Mis poemas son hermosos, pero de una blancura desesperante. Maestro, enséñeme a pintar. Enséñeme el color.

Soseki sonrió y contesto: – Primero enséñame tu la nieve.

M. Fermine del  libro Nieve

 

Hace unos días escribía sobre los riesgos de motivar a los niños, y una cosa lleva a la otra y me he encontrado reflexionando sobre la inspiración y lo que este proceso me trae. Ambas palabras, motivación e inspiración, hablan sobre los intereses que se despiertan en alguien y lo que le provocan. La diferencia está en el lugar de donde surge y se mantiene esta sensación que aparece cuando nos sentimos motivados o inspirados: el entusiasmo.

frato-motivacionLa motivación tiene que ver con los intereses del motivador, que, naturalmente, quiere contagiar su entusiasmo por una determinada cuestión al otro.

Así, cuando alguien me motiva siento un entusiasmo propio por un interés ajeno, que puede coincidir o no con el mío. En cambio, la inspiración está vinculada a los intereses del inspirado. El inspirador es el detonante del proceso interno del otro, de modo, que cuando alguien me inspira siento un entusiasmo propio por un interés propio. Es por esta diferencia que cuando el motivador deja de motivarme mi entusiasmo desaparece, pero el entusiasmo fruto de la inspiración perdura aunque el inspirador desaparezca.

Contemplar a alguien que está inspirado es uno de los mayores placeres que conozco.

Puedes ver como se sumerge en el proceso creativo que sigue a la inspiración para volver a la superficie como su propia creación. Sus pensamientos se entrelazan, se crean, se reordenan, se potencian, toman sentido siguiendo un orden preciso; que parecería premeditado si no fuera por la intensidad y la vida que emanan. Todo su cuerpo respira transformación, sus palabras suenan como si fuera la primera vez que se pronuncian. Igual que sus movimientos, están llenas de un significado que nunca antes habían tenido. Parece increible como alguien tan metido dentro que parece ajeno al mundo, te pueda tocar tan profundo. Y es que no está ajeno al mundo, está en ese lugar que todos compartimos, aunque no siempre habitamos, y nos emociona percibirlo. Una vez ha sucedido esto ¡qué importa de qué estábamos hablando hace un momento! Presenciar un momento así no tiene precio.

Cuando enseñar tiene que ver con la motivación resulta agotador, el entusiasmo se desvanecen cuando aflojas en tu cometido. Pero cuando la enseñanza tiene que ver con la inspiración, cuando te diriges a tus alumnos preguntándote si hoy también sucederá… Ahí está el placer de enseñar. No puedes dejar de hacerlo. No puedes dejar de volver, de preparar con el máximo respeto y cuidado el qué y el cómo de lo que vas a transmitir, esperando que hoy también puedas olvidar de lo que hablabas hace un momento.

Tere Puig

4 Comentarios

  1. nacercrecer.com

    ¡Gracias por vuestras aportaciones! El tema de si la inspiración sigue al trabajo o a la inversa me ha dado que pensar… Estaré atenta a las experiencias en relación este tema…

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  2. maria català

    Bon article! Com a ensenyant que he sigut durant molts anys, i com a escriptora que sóc ara, coincideixo que la inspiració és imprescindible pel fet d’ensenyar i d’escriure. Tanmateix, també, crec que la inspiració arriba treballant dur.

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  3. Marga legorburu

    Buen artículo Tere, que mo nos falte la inspiración.

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  4. M. Mercè Espina

    Hola Tere, Coincideixo en que inspirar-se implica una font de creativitat que probablement no hi és en la motivació. Afegeixo que al meu entendre, a més coneixement més possibilitats de que sorgeixin idees i quantes més idees, més inspiració. Gràcies pel article.

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