Responsabilidad, libertad

¿Os habéis fijado que tenemos una extraña tendencia a no permitir a los niños que hagan las cosas que saben hacer? Como, quizá, comer solos.
Y, en cambio, les pedimos que hagan lo que aún no pueden hacer; «ayudándolos» a caminar, por ejemplo.

 

Tendemos a impedirles que tomen las responsabilidades para las que ya están preparados y les creamos falsas expectativas en cuanto a sus posibilidades reales. ¿No les estamos creando una gran confusión respecto a la realidad?

 

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Este texto de J. Tolja nos aporta una interesante mirada sobre esta actitud tan extendida en nuestros días:

Crecer pasa siempre por una mayor asunción y gestión de responsabilidad. Observando a los niños es evidente que a medida que crecen, escogen tomar progresivamente más responsabilidades frente al mundo. Esto les da mayor poder y por tanto mayor libertad y placer en lo que hacen. El criterio, para ellos igual que para nosotros, podría expresarse así: «¿me cuesta más no tener poder sobre una realidad determinada o ser responsable de ella?» Si algunos niños no toman gradualmente esta responsabilidad es sólo porque el sistema en el que viven y crecen está interesado en que continúen siendo pequeños, impotentes y manejables. Este sistema intenta de todas las formas posibles, de las más traumáticas a las más sutilmente hipnóticas, sabotear este proceso. 

 

Por sistema no se entiende únicamente la familia, puede ser por ejemplo una determinada cultura política. Por ejemplo, la que intenta seducirnos para que permitamos hacer a «los que más saben» y así poder manejar mejor nuestras elecciones. El drama es que muchas personas viven el crecimiento y el hecho de ver el mundo tal como es, como algo incómodo y aburrido. Creen que hay que rebelarse frente a ello, en nombre de una realidad fantástica e ilusoria. Están convencidos de que permanecer aislados e inadaptados es una gran ventaja, un privilegio.

 

Es probablemente a esto a lo que se refiere James Hillman cuando estigmatiza como peligrosa la tendencia de algunos New Age; que idealiza y da permiso en desmesura al inner child, el niño interior. El trágico equívoco es un hándicap que obliga a vivir una parodia simplificada de la realidad a cambio de un premio.

 

J. Tolja del n.1 del la publicación H’Q  www.bodythinking.com/es

Tere Puig

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