El riesgo que aparece junto a un nuevo descubrimiento, o tecnología, es el de quedarnos atrapados por sus maravillas y usarlo como no existiera ningún vínculo con todo lo que le ha precedido ni con lo que convive. Rosnay nos da un ejemplo sobre cómo aislamos las herramientas que usamos del contexto en el que vivimos, lo que él llama las ilusiones de la tecnología pedagógica.
El audiovisual sólo tienen utilidad pedagógica en la medida en que el alumno reproduce por sí mismo el gesto o la acción correspondiente a lo que acaba de ver en la pantalla.
Piaget ya lo subrayó hace tiempo. Es así como el alumno integra los nuevos acontecimientos. El conocimiento no es «una copia figurativa de la realidad». Constituye un «proceso operativo» que lo lleva a transformar lo concreto en acción o en pensamiento, a interactuar con los objetos para transformarlos. Necesitamos reencontrar, a nivel pedagógico, el bucle de retroacción entre la observación y la acción de la que he hablado en varias ocasiones. Sin la cual es audiovisual aislado corre el riesgo de no ser otra cosa que una «verborrea de la imagen». Para evitarlo, es necesario completar el audiovisual con la acción individual, el trabajo en grupo y la simulación de la realidad.
J. de Rosnay del libro LE MACROSCOPE, Vers une vision globale.