El paradigma dominante hoy en dia para interpretar la vida humana individual, que es el juego recíproco entre genetica y ambiente, omite algo esencial: aquella particularidad que internamente llamamos «yo».
Si acepto la idea de ser el efecto de un imperceptible juego entre las fuerzas hereditarias y las fuerzas sociales, me reduzco a un mero resultado. Cuanto más crea que mi vida se basa en algo que ya está en mis cromosomas o en algo que han hecho o han dejado de hacer mis padres en mis lejanos primeros años de vida, más mi biografía será la de una víctima. La vida que viva será una puesta en escena de una obra escrita por mi código genético, por la herencia ancestral, por los sucesos traumáticos, por los comportamientos inconscientes de mis padres, por los incidentes sociales.
J. Hillman del libro El codigo del alma